domingo, 27 de junio de 2010

Transgénicos

“Bueno decir que este vómito en el que me hallo revuelto a veces se vuelve tibio y no lo siento. Que lo de dios en ningún caso es una ironía ya que, "si no creemos en nada, creeremos en la costumbre". El rezo del final es Aymara y dice algo así como:

"Gloria a los ángeles, a los ángeles del cielo, si alguien te pregunta quién es tu padre, si alguien te pregunta quién es tu madre, el santo José vas a responder, la Virgen María vas a responder. ¿De dónde vienes te van a preguntar? del centro del mundo vas a responder. He pasado por tres calvarios, vas a decir angelito. Del centro del mundo sembrando gloria, barriendo gloria, así vas a responder, angelito".

(En ningún caso piensen que lo sacamos de Youtube, y si fuera así, tuvo que ser un acto transgénico…)”.

Bicho Pablo


Transgénicos tartrasínicos sínicos metamorfoseados a sombras, sornas de risas infectas, vicios destructivos y mártires cognitivos. Podredumbre de cabezas caldeadas, gente ahogada en mares de raciocinios resinosos ojos color amarillo crepúsculo corpúsculo escatófilo auto relegado de la pachamama.


Hippies invaginados en el capitalismo, anarquismos pegados en los pantalones, hombres con sueños sin cojones, botones que se desabrochan desnudando el vacío que llevamos dentro, aquí está dios. Aquí está dios.


¿Dónde estará dios, en conciertos donde elitizan la cultura? ¿o quizás en poblaciones donde no hay tiempo para pensar en el amor ni en la amargura?. La conciencia no es el criterio pa` interpretar todas las cosas, estar pleno aquí, entregarse en devoción, sin engaños.


Y esta globalización que me tiene el corazón, hecho un caparazón de astillas y cuchillas, sólo quiero expansión sin aumentar la producción y que los yanquis estén lejos de envolverme en codicia y papas fritas. Humanización y divinización de esta especie anestesiada, el siglo de las luces dio a luz la razón, ahora es nuestra venda ¿dónde estará la solución?


Aquí está Dios.

lunes, 21 de junio de 2010

El ojo que pisa

Aquí Bicho Raro reportándose, desde la ciber cápsula que viaja, mandando mensajes viejos a vuestra Tierra hecha jirones. He decidido salir de este planeta por un tiempo, mi nave me contiene y además posee una cola metálica que escapa de la mano (una que no veo). A esta velocidad he podido ver nuestro hogar desde la luna y desde anillos de asteroides. La misión no es clara, como la mayoría de las veces, asi que me aferraré a la atención para dar informaciones. Fue esta proyección holográfica mi pasaporte de salida. Tío Carl
explicando las experiencias que no podemos explicar,
el mundo hecho de luz, que aún hoy absurdamente, por los pudores de la mente y otros mecanismos defensivos
es un tabú que nos impide la mirada, y ciertas emociones...



Desde mi nave hecha ojo envío estos registros que como decía son parte de cierta mirada que algún lado de la fuerza nos quiere impedir (tal vez nuestro propio conformismo). Mientras los gladiadores de nuestro queridísimo circo brillan en las pantallas, los españoles nos estan pasando más de dos goles, desde esta cápsula en el espacio se ven puntas de iceberg, ENDESA españa concentra el 80% de los derechos de agua de nuestro país, ahora hay en curso levantar más represas, otro negocio al sur con la excusa del progreso, progreso incoherente por supuesto. ENDESA fue "privatizada" en 1989 por funcionarios de patria y libertad del gobierno de don Pinochín, y ahora apoyada por el cura Berrios ¿que es todo esto?¿estrategias facistas a largo plazo? ¿eufemismos democráticos?¿cual es el punto en que ya es suficiente la información que tengo y empiezo a acutar? En la locución Juan Pablo Orrego EX BLOPS agente de cambio (otro bicho más sano), creo en él más allá de las ongs en que trabaje, creo en su trabajo que no se duerme. Creo en su experiencia con las plantas de poder y en su trabajo realizado en arica con Oscar Ichazo.
Informo de la paradoja, de la fuerza de la desesperanza y el misterio que rodea la incertidumbre. No nos resignemos a la locura imbécil del centralismo, seamos un poquitín más corazones, y sintamos a los que están con nosotros, desconfiando de las estructuras más que de las personas.


sábado, 19 de junio de 2010

Revolución

Siempre habrá nieve altanera

que vista el monte de armiño

y agua humilde que trabaje

en la presa del molino.

Y siempre habrá un sol también

—un sol verdugo y amigo—

que trueque en llanto la nieve

y en nube el agua del río.

León Felipe Camino

En mi cuarto

Señorita de cristal, era una luz pequeñita (pero mi ventana es como una lupa gigante, lo sé). A veces se derramaba por mi cuarto y mojaba todo. Sábanas piso ropa escritorio cocina velador lámpara. Entonces qué puedo hacer con la dulce luz de puta madre, que inunda mis pocas pertenencias (y en invierno, para que se seque algo…). Bueno, está bien, admito que no era precisamente la luz lo que hacía agua de mis cosas, pero si esa lucecita no me hiciera llorar con sólo pensarla no estaríamos discutiendo de la necesidad de comprarme una estufa más potente o de inventar un método de secado rápido del piso. Porque ese es el tema. No me alcanza el dinero para una estufa, menos para mantenerla. Entonces la señorita de cristal ya no me va a querer, porque mi casa se inunda de luz. Mis lágrimas son de luz, o mis luces son de agua (pero sólo las pequeñitas). Finalmente las conclusiones son sólo realidades ilusorias, desprendiéndose de silogismos bastante subjetivos, que apenas nos hacen sentir menos estúpidos frente a la irracionalidad de tus silencios.

(Perdón, debería comenzar por el principio).

En mi cuarto hay una sola ventana, pequeñita, rectangular, amable. Por esa ventana, en un momento eterno de la noche, se cuela la luna. Inunda mi cuarto y me mira la cara (la cama está orientada para tal artificio). Luego, como es lógico, pienso en ti. La luna me mira y pienso en ti. Es que mi cuarto es pequeño, es solo, es oscuro. Tu recuerdo es extraño, no me acompaña ni atenúa mi soledad. Tu recuerdo es mi recuerdo, ya no te pertenecen ni tu boca ni tus ojos, al menos no en mi (tu) recuerdo. Ya enredé todo el discurso de nuevo; el problema de tales divagaciones es que olvido lo que quería decir. En mi cuarto hay una sola ventana (pequeñita, etc). Por esa ventana entra la luna. La luna me da en el rostro e inunda el cuarto. Luego, pienso en ti. La verdad… eso era todo.

Roberto Bermudez

lunes, 14 de junio de 2010

Porqué Víctor Jara

Creemos que el mundo hay que cambiarlo (su muerte, la nuestra, es parte). Creemos que las esquinas huelen mal (a meado o pasta base, dependiendo). Creemos que el trabajador es generalmente aniquilado a través de la pauperización de sus condiciones de vida, basándose en valores de cambio asignados arbitrariamente, sin reparar en el valor de uso de las cosas (el masculino vuelto loco, la jerarquía de la mente encima del miedo, el ícono del estado). Creemos que si no nos dejan creer, dejamos de crear, y asi podríamos resultar creeeetinos...Creemos que el amor no puede seguir siendo una cortina de fanfarria para (des) (in) animar las tardes de la familia. Victor Jara lo sabía y tomó su camino: este es nuestro homenaje.

Somos porque existe el amor:

"Nosotros somos porque existe el amor. Y queremos ser mejor porque existe el amor. Y el mundo gira, crea, se multiplica, porque existe el amor.

Nosotros, a los que nos dicen cantantes de protesta, creemos que el amor es fundamental.

Y la relación del amor de un hombre con una mujer, una mujer con un hombre. O de un hombre con sus semejantes, con sus hijos, con su hogar, con la patria, con el instrumento que trabaja.

Es vital. Es la esencia de la razón de ser del hombre.

Por eso que no puede estar ausente de la temática de un cantor popular".



domingo, 13 de junio de 2010

Disyuntiva

Poeticemos la poesía, o desversemos el berso (veso?). Si tuviera que explicar la explosión de mi pecho, cada vez que pueblan mis ojos los acordes de tu pelo, tendría que gritarlo. Lo anterior muestra un excesivo ahínco en la metáfora, cayendo en horrenda alegoría. Intragable para el lector-hembra. Despoeticemos. Si me viera en la necesidad impostergable de lograr la comprensión de parte del receptor en cuanto al goce experimentado en cada ocasión en la cual observo tus cabellos, no dispondría de otra salida que explayarme con un aumento en la amplitud de las ondas emitidas por mis cuerdas vocales. Mucho mejor. Apto para nuestro tan voluble lector-hembra. El problema, en todo caso, es la disyuntiva entre estirar el lenguaje hasta sus límites (está bien, mis límites) o regalar burda poesía a quien nos recompensará (porque lo hará, os lo puedo jurar), vale decir, el tristemente egocéntrico lector-hembra.

Roberto Bermudez

Soledad

Entonces, cuando estás solo, ¿qué quieres decir? Imagina que estás en tu casa, con tu perro… no, no, más todavía, estás en el patio, fumándote un cigarro, pensando. ¿Estás solo? Ahora piensa en un auto, con un amigo conversando. ¿Estás solo? En ese auto hay dos personas, en el patio no hay nadie. Pero para, ¿no hay nadie o no hay más personas? Y, por último, asumiendo que el adjetivo nadie supone referirse a personas (bueno, y que personas son humanos, y todo eso), el que no haya “nadie”, ¿significa que estás solo? En el patio viven miles de organismos, sólo refiriéndome a organismos pluricelulares que podemos ver. Piensa en la cantidad de hormigas, lombrices, chanchitos de tierra que están caminando por ahí. Los pájaros que llegan, los insectos voladores. En el auto, puta, hay un hueón al lado tuyo. Y eso sería po. Eso sería.

Roberto Bermudez

lunes, 7 de junio de 2010

Consúmase "Consumo Cuidado"



1. Víctor Jara
(fragmento)
2. Transgénicos
3. Papel de Lápiz
4. Consumo Cuidado
5. Sol de Arranque
6. Circo del Sexo
7. Nacimos Cansados
8. Artaud
9. Juglando
10. Bicho Raro
11. Desde la Montaña
12. Origami




Arte: Vittorio Meschi
Grabación, mezcla y masterización: Matías del Pozo


Escucha un avance del disco en MySpace


domingo, 6 de junio de 2010

Burbuja

Cuando dejé de pensar que Pepelón existía (amigo imaginario), el mundo se puso de golpe más hostil, pero no por eso menos apasionante. Porque rápidamente la dialéctica de mi cabeza de niño se aferró a su naturaleza mágica, a la maravilla de mi existencia, al vértigo del misterio. Entonces pude saber que quería ser por siempre un niño, porque veía que los adultos nada tenían de mi mundo, a pesar de estar en él. Yo no quería crecer para no dejar de ser nunca el habitante de mi mundo imaginario, mi palacio supraperfecto. No sólo perfecto como el de mi vida normal. Fue entonces cuando se me ocurrió la maravillosa idea de vivir dentro de una burbuja que reuniera todas las condiciones de la supra-perfección. Tenía que acudir a mi madre, la que siempre me había entendido, la que siempre me acurrucaba entre sus ventrículos y su aorta, ahí desde donde nace el pulso, ella debía tener la solución a esta alma acongojada. Puse todo mi valor en los zapatos, la ingenuidad en el bolsillo, me acerqué a ella con la decisión de un misil y le pedí lo imposible… Le pedí a mi mamá que me regalara una burbuja.

Nos quedamos rato mirándonos sin juicios, hasta donde yo sé…luego ella me habló: Me dijo que tal vez una burbuja no sería lo más óptimo para mi desarrollo, que no iba a conocer el mundo de forma real y que me sería imposible encajar en él cuando quisiera salir de mi quimera. Me dio igual, le dije que aún así, yo quería que ella me regalara la burbuja. -"Es que no son nada baratas", me dijo "Una burbuja nos puede costar la renuncia", dijo. -"¿La renuncia a qué mamá?" -"A todo hijo, a todo". -"¿Y cuál es el problema?" -"Que puede ser irreversible". Me daba igual.

Sus palabras no me atemorizaban, ya lo habían hecho mucho tiempo. Entonces lloré y pataleé y ella me dijo que no la manipulara, que no me iba a regalar la burbuja. Pues lloriqueé a sus pies por semanas diciéndole que no me interesaba el mundo real, así de sucio, así de turbio. Ella me dijo que era muy difícil formar una burbuja dentro de otra burbuja, eso yo no lo entendía muy bien. Mi madre ya se había percatado de mi mundo propio, de mi reducido y basto mundo. Yo no la escuché y le dije que prefería un mundo imaginario, que sabía que para mi sería igual de real. Ella me arrastraba todos los días, a mi y mis congojas metafísicas, trapeaba el polvo estancado con mis ruegos pegajosos.

Un día (creo que fue en invierno) la pillé desprevenida y cedió. "Te regalaré una burbuja hijo". La abracé con infinita ternura y ella dijo que me quería. Le empecé a decir como quería que fuera mi burbuja: saqué una copia de la lista de mi bolsillo que siempre llevaba por si acaso y empecé a enumerar todas las características de mi burbuja soñada: 1- la burbuja debe tener dimensiones medidamente inconmensurables. Desde donde yo, parado en cualquier punto del terreno o ultraterreno, divise todo el horizonte y no vea en ningún rincón ni manchas de propiedad ajena, todo debe ser del todo. -"¿Crees que te has portado lo suficientemente bien y has sido lo suficientemente honesto como para recibir tan grandioso regalo, hijo?" -"Por supuesto mamá". Mi respuesta no podría haber sido mas honesta. Seguí con la lista: 2- debe haber diversidad de climas y paisajes, ecosistemas y animales, un pequeño he infinito mundo a mi medida. 3- mi imaginación es la que debe mandar, debe ser un sitio atemporal como en los sueños y poseer la virtud de provocarme sensaciones corporales, psíquicas y enteléquicas. 4- mi casa debe tener nada más que lo necesario en cuanto a alimento y aseo personal, una colcha donde echar el caracho, y murallas blancas con fotografías blancas. 5- no necesitaré esposa, porque podré relacionarme con los seres hechos de energía que vagaran por los montes y las praderas, que en el instante donde yo quiera podrán materializarse.6- la burbuja debe poseer una realidad irracional y una existencia espontánea de las cosas. 7-La funcionalidad de las cosas será reemplazada por lo disperso de este mundo onírico que se basta a si mismo.

Mamá quedó boquiabierta. "¿Tú escribiste esas características, hijo?" Yo quede vacío, no recordaba haberlas escrito, sólo sabía que tenía una lista con mis peticiones en el bolsillo y la leí impulsivamente, yo no las había escrito, por lo menos no me acuerdo cuando lo hice. No tenía sentido ni fin darle esa explicación a mi madre entonces le dije: "sí mamá, yo las escribí". (Pensé que podría haber sido una manito de dios) ella caviló un momento, y me dijo: "bueno, yo confío en tu sinceridad, hijo". Hubo un silencio… "¿y?" pregunté. "Está bien, te regalaré la burbuja, eres un chiquillo muy sensible y muy inteligente". ¡¡Gracias mamá!! Eres maravillosa. -"Eso sí, tienes que renunciar hijo, debes renunciar a este mundo para poder vivir en el que tú quieres". Yo me quede callado y no supe que decir, cachetada y grilla al piso, ¿esta mierda de pragmatismo sería mi cárcel de siempre? Me fui a la pieza, arrugué la lista de mi mundo perfecto y me ahogué en llantos. Me pasé horas mojando la almohada, me era una utopía abandonar este mundo porque debería haberme desmaterializado.

El rastro de los mocos y las lágrimas quedaron petrificadas en la funda del cojín. Desde entonces cada vez que me preguntaban que quería ser cuando grande yo respondía que quería seguir siendo niño por siempre, que yo cuando grande quería ser niño. Pero por cosas de la biología y la sociedad crecí y me hice adulto. En aquel momento mi existencia se inclinó por la libertad incondicional, por la exquisita lucha de poder desmaterializarme.

Bicho Pablo